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¡Bienvenidos a las Marcas de la Historia!

Sumérgete en el fascinante mundo de las colecciones a través de la mirada privilegiada de Oscar Aedo Inostroza, un apasionado coleccionista y cronista de la industria nacional. En esta página web, te invitamos a descubrir una parte de su colección privada, compuesta por antiguas etiquetas y viejos envases de Chile, muchos de ellos con más de 100 años de historia.

 

Desde etiquetas rescatadas de mercados persas hasta envases encontrados en los basurales del Desierto de Atacama, cada pieza cuenta una historia única y revela detalles de un pasado laborioso y próspero. La explotación del salitre entre 1857 y 1927 en la zona norte de Chile dejó un legado material impresionante, que hoy podemos contemplar y apreciar gracias al trabajo de rescate de colecciones como esta.

 

Te invitamos a emprender un viaje hacia el pasado y capturar por un instante retazos de tiempos ya idos. ¡Explora Las Marcas de la Historia y déjate cautivar por la riqueza de nuestro patrimonio industrial!

 

Oscar Aedo Inostroza, coleccionista y cronista de la industria nacional. Autor de la serie de libros Las Marcas de la Historia.

Revisa mis colecciones

Echa un vistazo a nuestras colecciones de envases de bebidas, etiquetas, cigarrillos, té y chapas. Podrás observar fotografías detalladas de mi colección. ¡Te invito a disfrutarlas!

¡Lo que se ha hecho con la colección!

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Tres libros; uno de bebidas, otro de cigarrillos y uno de té.

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Se trabajó una revista titulada Atrapatiempos. Pasa a revisar las versiones en digital.

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Exposiciones en Universidades, bibliotecas y centros de cultura.

Contáctame

Si quieres explorar más sobre mi colección y la Oficina Oval, no dudes en ponerte en contacto conmigo.

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Visita mi Oficina Oval

Como tenía que ser, un ventanal semicircular de noble madera con vidrios curvos, proveniente de una antigua casona, junto con un termopanel recuperado de otra demolición y un par de puertas, fueron la base para construir el lugar que albergaría mi colección al fondo de mi casa. Con viejos ladrillos a la vista, se levantó un muro semicurvo donde asentamos la ventana, y por tal razón bauticé este espacio construido como la Oficina Oval.